Lee atentamente porque esto puede cambiar la forma en la que haces las cosas.
Steve Jobs tenía una obsesión enfermiza por la productividad.
No porque le gustara trabajar menos, sino porque quería que cada minuto mereciera la pena.
Era como si supiera lo que le iba a pasar y quisiera aprovechar el tiempo.
Así que el iPhone y el resto de productos que fabricó era el resultado de la manía que tenía por simplificarlo todo.
En el trabajo era igual.
Si podía eliminar una decisión, la eliminaba.
Si podía hacer algo en menos pasos, lo hacía.
Si podía simplificar una tarea, la simplificaba.
Por eso siempre vestía igual: jersey negro, vaqueros y zapatillas New Balance.
No es que le faltara dinero para ropa, es que no quería gastar ni un gramo de energía mental en decidir qué ponerse.
Ése es un hábito que comparte con otros emprendedores del momento.
Jobs entendía la productividad como el hábito de hacer menos cosas pero mejor.
Pero hoy Steve Jobs no está con nosotros. Si hoy estuviera sería un loco de la IA.
Imagínate.
Poder dedicar el tiempo exclusivamente en la creatividad, en hacer productos minimalistas, sin perder el tiempo en otras cosas.
Eso sería la productividad en su máxima expresión, conforme la entendía él.
Por tanto, lo demás, lo rutinario y lo que le hacía perder el tiempo las podría hacer la inteligencia artificial.
Podría, delegar decisiones no productivas y que consumían mucho tiempo a su asistente virtual.
Uno que no se quejara.
¿Te imaginas?
Sería como estar en el cielo.
Irónico, ¿verdad?
Ahora piensa por un segundo.
No quiero decir que no lo hagas habitualmente.
Es una expresión.
Imagina que tienes que tomar decisiones a más alto nivel.
¿Perderías el tiempo en responder correos que te hacen perder el tiempo en lo importante?
¿Quieres generar ideas para tu negocio sin pasarte horas dándole vueltas?
¿Quieres analizar datos y tomar decisiones basadas en información real en lugar de intuición?
Lo delegarías en alguien de confianza.
En su momento Steve Jobs no usó IA porque no existía, pero su filosofía de productividad encaja perfectamente con ella: hacer menos trabajo manual y dedicar más tiempo a pensar, innovar y crear.
Lo mejor de todo es que la IA ya está aquí. No hace falta ser un genio para usarla. Solo hay que aprender a sacarle partido.
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O igual no.
Si es que sí, a continuación.